En la lengua y en la sociedad hay dos fuerzas opuestas que luchan todo el tiempo: la tradición y la innovación. Por algo hablamos español en vez de latín, aunque en su momento eruditos como Nebrija escribieran gramáticas para disuadir al vulgo de hablar en lengua romance.
Estas actitudes son llevadas al ámbito digital, en el que en general, todos nos escandalizamos y maximizamos estos errores cuando los vemos en redes sociales; tal fue el caso del meme "ola k ase" que se viralizó en las redes.
Pero pese a que sabemos que la ortografía influye en la percepción que se tiene de nosotros, algunas personas no le dan la importancia que tiene, y este es un grave error que algunas empresas cometen con su marca.
Recientemente, un cliente al que le damos consultoría de marketing digital nos dijo que deliberadamente ponían faltas de ortografía en sus blogs para mejorar el posicionamiento SEO (aberración que además de falsa es una falta de respeto para el lector).
Esta estrategia funcionaba cuando el Googlebot no reconocía la concordancia de las palabras. Pero ahora cuando el usuario hace una consulta con faltas ortográficas, el buscador, en primera instancia, lo dirige a la forma canónica y le propone la otra forma (la incorrecta) solamente como una sugerencia, como se puede ver en el siguiente ejemplo.
Lo mismo sucede cuando se crea una campaña en Adwords, se pueden determinar tres tipos de concordancia; la concordancia amplia incluye las variantes de un mismo término escrito de distintas formas (singulares y plurales, correctas o incorrectas) y las relaciona con un solo concepto, la concordancia exacta solamente incluye la palabra tal cual se escribe en el anuncio y la concordancia de frase permite que el anuncio se muestre solo cuando la consulta del usuario incluya la frase exacta o una variación cercana.
Más allá de ponernos prescriptivos con la lengua o de estar en contra de la innovación, lo aconsejable es siempre escribir bien las palabras. La ortografía existe para facilitarnos la lectura y evitar ambigüedades, hace la comunicación más efectiva. Aunque el lector no sea consciente de todos los errores o aciertos que tenga un texto, en caso de duda la ortografía es lo que determina la diferencia. Como marca, además, se cuida la imagen; una buena ortografía ayuda a la asertividad, proyecta seriedad y les da a los clientes la seguridad que necesitan para contratar nuestros servicios.
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