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9.17.2014

Son iguales software libre y open source

Exactamente código abierto (del inglés open source) no es lo mismo que software libre (del inglés free software), aunque en la práctica los usuarios suelen identificar ambos términos sin plantearse cuáles son sus diferencias o como pasa en la mayoría de las ocasiones con un total desconocimiento de ellas. Se puede considerar al movimiento del software de fuentes abiertas como una ramificación del movimiento del software libre que utiliza como estrategia de fomento de la programación libre una orientación pragmática que otorga importancia fundamental a la disponibilidad del código fuente de los programas y olvida el resto de libertades y aspectos morales y éticos. Los partidarios del movimiento open source tuvieron la creencia de que la calidad de los aspectos técnicos serían los que más atraerían el interés de las empresas por el software libre del que se consideraban representantes legítimos. La principal crítica que Richard Stallman realiza de esta postura es que su pragmatismo distrae a los usuarios de las cuestiones morales centrales y de las libertades que fundamentan verdaderamente al software libre.
De hecho, la denominación de código abierto se propuso originalmente para evitar un posible malentendido con el término free software (software libre), pero pronto adoptó una orientación y objetivos  diferentes al movimiento original, creándose como movimiento independiente a partir de 1998.
En su artículo Por qué el código abierto pierde el punto de vista del software libre, Stallman establece su preferencia por el término software libre por el sentido de libertad que implica, mientras que el término código abierto no tiene porque implicar libertad, sino solo disponibilidad de acceso al código fuente. Mientras que las libertades de un producto libre están establecidas de base por la propia filosofía del movimiento (sin las cuales no tendría sentido ni existiría), los  programas considerados open source tan sólo garantizan el acceso al código fuente como único requisito para el cumplimiento de sus fines que se resumen en lograr que el mundo empresarial se interese por los programas libres, en  lugar de las soluciones privativas, en base a poner un mayor énfasis en la accesibilidad del código fuente y evitando otros elementos menos pragmáticos de tipo filosófico y moral.
El movimiento de código abierto fue fundado en 1998 y cuenta entre sus defensores a John ‘maddog’ Hall,Larry Augustin, Eric S. Raymond y Bruce Perens. Como organismo administrativo el nuevo grupo creó la Open Source Initiative (OSI). Junto con la Free Software Foundation se ha convertido en una de las dos principales organizaciones defensoras de modelos de software (económicos y de uso) alternativos al software privativo. De hecho, ambos movimientos aunque presentan diferencias en los principios básicos, son coincidentes en las recomendaciones prácticas, por lo que frecuentemente pueden trabajar juntos en muchos proyectos. Dicho acercamiento también les ha permitido aliarse en alguna ocasión para lograr objetivos comunes como cuando se unieron contra los intensos ataques de Microsoft acerca de la GPL en 2001 y la demanda de SCO atacando al núcleo Linux en 2003.
En las escuelas públicas de algunas regiones de India y España enseñan a todos los estudiantes a utilizar el sistema operativo libre GNU/Linux. Sin embargo, la mayoría de estos usuarios nunca han oído las razones éticas por las cuales se desarrolla este sistema y se ha constituido la comunidad del software libre, porque este sistema y esta comunidad son descritos como «de código abierto» y atribuidos a una filosofía diferente que rara vez menciona estas libertades. Muchas personas son atraídas por la accesibilidad del código fuente y la facilidad para manipularlo y realizar nuevas creaciones, pero no les han dado los argumentos defender esta postura y se corre el riesgo que en un momento dado vuelvan al software propietario de la misma manera que lo abandonaron al poner en práctica las compañías que los desarrollan las mismas estrategias de persuasión que las empleadas por el movimiento del código abierto. Estrategias muy golosas tales como la disponibilidad de copias gratuitas o la posibilidad de utilización de una parte de la funcionalidad del programa sin coste alguno, aunque limitando el resto de libertades.
A lo anterior se une, el uso banal que el término código abierto ha sufrido en los últimos tiempos, al ser empleado en ámbitos como el gobierno, la educación o la ciencia, campos en los que no existe nada parecido al código fuente y donde la aplicación de las licencias de software no resulta pertinente. Se le ha otorgado el significado de participación o transparencia y la expresión ha terminado banalizándose perjudicando este hecho no solo a los intereses de los propios defensores del software de fuentes abiertas (que han perdido fuerza)  como del movimiento del software libre, por la confusión que la sociedad suele hacer de ambos movimientos. Y es que resulta triste y muy real por otra parte, que hoy día gracias al uso indiscriminado e incorrecto de ciertos términos, el conjunto de la sociedad siga pensando que software libre y software de código abierto sean términos sinónimos y que ambos se caracterizan principalmente por ser gratuitos, frente al software privativo que por supuesto siempre será de pago. Y todo hasta que llegue el día en que nos demos cuenta que la diferencia es otra muy diferente del factor meramente económico.
Manuel Olvera
Diseñador web en ABC Digital
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